sábado, 24 de enero de 2004

Hay fines de semana en los que no tengo nada, absolutamente nada que hacer. Y luego sucede que todo se junta en UN SOLO weekend. Ayer cenita, mirar tele, [luego una mala muy mala noticia], hoy desayuno formal, comida con los amigos que se empalma con la mala mala noticia [me siento super mal, neta que si], cena ultra elegante en la Fundacion... Y justo ahora que tengo tantas cosas que hacer, la mala noticia me impide hacerlas de buena gana.

Me dejo de rodeos. Ayer murio una chica, recien graduada de ingenieria quimica, con la que lleve varias clases. Tuvo un accidente, no hubo nada que hacer. La noticia es de por si impactante por su juventud, porque tenia la vida por delante, por las circunstancias. Pero yo estoy doblemente shockeada porque me parece que asisto por adelantado a mi propia muerte. Ella dono sus organos, cosa que decidi para mi hace un anio; la van a cremar, cosa que ya tambien hable con mis padres; estaba buscando empleo (o quiza ya lo habia encontrado) y vivia lejos de su familia, yo llevo cinco anios lejos de los mios. Y encima el libro de la Beauvoir...!

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