lunes, 28 de marzo de 2005

No estaba muerta... andaba de parrandaaa!

Después de una semana preciosa en la que saludé ¡por fin! a mis adoradas amigas del MSN -aLe, Eli, Michellita, Jackie, Paloma... love ya girls, you're angels in my life and friends of my heart!-, en la que pude abrazarlas y escucharlas ya no solamente con los ojos, sino con todos mis sentidos; en la que conocí gente hermosa y buena, gente que abre el corazón y comparte la vida; después de una semana donde aprendí a volar como un papalote; después de una semana donde el amor se abrió paso para formar una nueva familia -Mony&Luis, my dearest- regreso a la vida cotidiana, al lugar y al espacio donde Dios me ha puesto. Soy diferente pero sigo siendo la misma.

Y como no hay plazo que no se cumpla ni cumpleaños que no se festeje, H O Y le mando un suuuper abrazote al más querido de mis amiguitos con centro líquido y azul; al flaquito precioso que conocí hace seis años y desde entonces me alegra la vida; al amigo tierno que me soporta, me cuida, me aconseja, me regaña, me quiere y cree en mí; al que me ha regalado a una nueva amiga, a Isa...

Te quiero Jekyll, feliz cumpleaños!

jueves, 10 de marzo de 2005

Tengo una obsesión con el cabello de la gente. Tengo una obsesión con mi propio cabello. De hecho, en mi familia todos tenemos obsesión con el cabello.

La familia de mi papi tiene problemas de calvicie. Mi abuelo es calvito, mis tíos son calvitos, mi papá no lo es (tnxs God!) Tiene entradas pronunciadas, pero lo bastante normales como para creer que son 'por la edad' y no por su herencia genética. Mi hermano tiembla ante la posibilidad de que se quede pelón, de hecho lo único por lo que sufriría más es que tuviera algún accidente/enfermedad/o cosa parecida que le impida tocar la guitarra. Pero lo del pelo realmente lo agobia.

En la familia de mi mamá si algo tienen en abundancia es el cabello. Mi abuelo tiene muchísimo pelo a pesar de sus 70 y pico de años. Así que mamá heredó muy buenos genes pelísticos, mismos que nos pasó a mí y a mis hermanos.

Cuando nació la Pify, aunque mi hermano y yo presentíamos que sería niña, adivinamos el sexo del bebé cuando papá nos dijo 'ya nació, fue una hermosa bola de pelos'. Como dijo UNA BOLA supimos que había sido niña; si hubiera dicho UN MONTON habría sido niño. Tenemos fotos de la Pify guardadas bajo siete llaves donde el pequeño bebetón sale presumiendo sus 15 cms de blonda cabellera apenas al mes de nacida. Me acuerdo que se le paraba como puercoespín y mamá le ponía un calcetín en la noche para aplanarle el pelo mientras dormía, pero en la mañana que se lo quitaba y trataba de acomodar con algún moñito, la ley de gravedad inversa si la hay, hacía su efecto.

¿De mí qué puedo decir? Pues que mamá me heredó todos sus genes melenísticos y los elevó al cuadrado, y que odio a mi hermano porque es lampiño y yo tengo que depilarme tooodos los días. Bueno, todos los días no, pero casi.

Hace año y medio decidí dejarme crecer el cabello hasta donde pudiera llegar. A pesar de tener mucho pelo, nunca lo había traído más abajo de los hombros. Siempre cortito o a la altura del mentón. Y empezó la aventura, resistiendo la desesperación de cortarlo en pleno verano regiomontano (usualmente estamos a 26/38°C a la sombra!) y el seguro cansancio de la peluquera en turno cada que iba a despuntarlo. A los 10 minutos flat me dicen 'tienes mucho cabello!', a los 20 murmuran 'realmente tienes mucho cabello!', a los 30 me preguntan '¿y no te pesa tanto cabello, no te duele la cabeza?'. Ja, pobrecitas mujeres. La respuesta es NO, no me duele nada ni me pesa nada. Así nací y así moriré.

Y todo este cuento salió porque el sábado pasado fui a que me recortaran las puntas pues noté que estaban secas, y resultó que tuvieron que quitarme 5/6 cms aprox. Esta semana he llorado todos los días cuando lavo mi pelito porque extraño mucho al que me quitaron. Es que probaron una nueva técnica de entresacado para quitarme volumen, y se siente chido que ahora sí me alcancen las ligas y moños y mugreros con los que las niñas nos atamos el pelo, pero extraño a mi pelo... neta que sí.

Y ya me voy a ver si me encuentro a un flaquito de pelo largo que me quiera hacer compañía...

jueves, 3 de marzo de 2005

LXXV


Algunos dicen que mi extraña manía de leer tres veces el mismo libro es una reverenda pérdida de tiempo. A mí me parece que es brindar una nueva oportunidad a un autor que de primera intención nos parece aburrido o extraño, o en el caso contrario, disfrutar otra vez la prosa o la poesía del autor en turno. Además que sirve mucho para aprender nuevas palabras. Bueno, ni tanto. Últimamente mi vocabulario ha sufrido un gravísimo decremento, mis palabras de uso frecuente son "oks, bytes, no manches, ta'chido, mal rollo/mal plan, qué rata, ta'loco el asunto". Ay, me doy pena!

La onda es que -la onda también es una frase de uso frecuente- el otro día estaba leyendo una antología de César Vallejo, uno de los más destacados poetas peruanos, y me pareció totalmente sin chiste. Quizá era mi estado de ánimo, porque agarré el libro un par de días después y encontré algunas cosas bastante buenas. Como este poema...

Estáis muertos.
Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos.

Flotáis nadamente detrás de aquesa membrana que, péndula del zenit al nadir, viene y va de crepúsculo a crepúsculo, vibrando ante la sonora caja de una herida que a vosotros no os duele. Os digo, pues, que la vida está en el espejo, y que vosotros sois el original, la muerte.

Mientras la onda va, mientras la onda viene, cuán impunemente se está uno muerto. Sólo cuando las aguas se quebrantan en los bordes enfrentados y se doblan y doblan, entonces os transfiguráis y creyendo morir, percibís la sexta cuerda que ya no es vuestra.

Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás. Quienquiera diría que, no siendo ahora, en otro tiempo fuisteis. Pero, en verdad, vosotros sois los cadáveres de una vida que nunca fue. Triste destino el no haber sido sino muertos siempre. El ser hoja seca sin haber sido verde jamás. Orfandad de orfandades. Y sin embargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida.

Estáis muertos.

César Vallejo en TRILCE

martes, 1 de marzo de 2005

Otra vez el Oscar


Je, pues hice 8 predicciones y le atiné a 6, así que tuve 75% de éxito... bastante mejor que el más físico de todos mis amigos, léase el Quique Guevara.

Me gustó que ganara Million Dollar Baby, en realidad era lógico: con el premio de Mejor Director, Mejor Actriz y Mejor Actor de Reparto, lo más indicado era darle también el de Mejor Película.

Morgan, Cate, Hilary y Jamie

Lo mejor de la noche me pareció el premio de Mejor Canción para "Al otro lado del río", de Jorge Drexler -¿queda claro quién escribió la canción?-, que la verdad me parece una canción bastante 'equis' pero escrita en un muy correcto español. Como a Drexler no lo conocen ni en su casa, el productor del show le encargó a Antonio Banderas y a Carlos Santana que interpretaran la canción 'para cuidar el raiting'. Claro que todos los latinos armaron barullo y reclamaron que no dejaran a Drexler cantar su propia canción; incluso Gael, que iba a presentar ese segmento, se retiró de la ceremonia en protesta. Así que cuando Prince anunció el premio, lo único que se le ocurrió a Drexler fue cantar una estrofa de la canción en una mucho mejor entonación que Banderas, arrancando las risas y aplausos de todos los latinos presentes. Se salió con la suya, a final de cuentas.

En general, creo que la ceremonia estuvo bastante deslucida. Como que querían volver al viejo glamour con esos escenarios llenos de brillo pero resultaron bastante ochentosos-feos. Y a lo mejor sueno muy superficial, pero faltaron las grandes estrellas, las hermosas mujeres y los hombres súper guapos, los elegantes, los que siempre llaman la atención en la alfombra roja. Yo quería inspirarme en alguno de esos vestidos para diseñar el que llevaré en la boda de mi otra-vez-mejor-amigo, pero creo que ai'será pa'lo'tra, jajaja.