jueves, 10 de marzo de 2005

Tengo una obsesión con el cabello de la gente. Tengo una obsesión con mi propio cabello. De hecho, en mi familia todos tenemos obsesión con el cabello.

La familia de mi papi tiene problemas de calvicie. Mi abuelo es calvito, mis tíos son calvitos, mi papá no lo es (tnxs God!) Tiene entradas pronunciadas, pero lo bastante normales como para creer que son 'por la edad' y no por su herencia genética. Mi hermano tiembla ante la posibilidad de que se quede pelón, de hecho lo único por lo que sufriría más es que tuviera algún accidente/enfermedad/o cosa parecida que le impida tocar la guitarra. Pero lo del pelo realmente lo agobia.

En la familia de mi mamá si algo tienen en abundancia es el cabello. Mi abuelo tiene muchísimo pelo a pesar de sus 70 y pico de años. Así que mamá heredó muy buenos genes pelísticos, mismos que nos pasó a mí y a mis hermanos.

Cuando nació la Pify, aunque mi hermano y yo presentíamos que sería niña, adivinamos el sexo del bebé cuando papá nos dijo 'ya nació, fue una hermosa bola de pelos'. Como dijo UNA BOLA supimos que había sido niña; si hubiera dicho UN MONTON habría sido niño. Tenemos fotos de la Pify guardadas bajo siete llaves donde el pequeño bebetón sale presumiendo sus 15 cms de blonda cabellera apenas al mes de nacida. Me acuerdo que se le paraba como puercoespín y mamá le ponía un calcetín en la noche para aplanarle el pelo mientras dormía, pero en la mañana que se lo quitaba y trataba de acomodar con algún moñito, la ley de gravedad inversa si la hay, hacía su efecto.

¿De mí qué puedo decir? Pues que mamá me heredó todos sus genes melenísticos y los elevó al cuadrado, y que odio a mi hermano porque es lampiño y yo tengo que depilarme tooodos los días. Bueno, todos los días no, pero casi.

Hace año y medio decidí dejarme crecer el cabello hasta donde pudiera llegar. A pesar de tener mucho pelo, nunca lo había traído más abajo de los hombros. Siempre cortito o a la altura del mentón. Y empezó la aventura, resistiendo la desesperación de cortarlo en pleno verano regiomontano (usualmente estamos a 26/38°C a la sombra!) y el seguro cansancio de la peluquera en turno cada que iba a despuntarlo. A los 10 minutos flat me dicen 'tienes mucho cabello!', a los 20 murmuran 'realmente tienes mucho cabello!', a los 30 me preguntan '¿y no te pesa tanto cabello, no te duele la cabeza?'. Ja, pobrecitas mujeres. La respuesta es NO, no me duele nada ni me pesa nada. Así nací y así moriré.

Y todo este cuento salió porque el sábado pasado fui a que me recortaran las puntas pues noté que estaban secas, y resultó que tuvieron que quitarme 5/6 cms aprox. Esta semana he llorado todos los días cuando lavo mi pelito porque extraño mucho al que me quitaron. Es que probaron una nueva técnica de entresacado para quitarme volumen, y se siente chido que ahora sí me alcancen las ligas y moños y mugreros con los que las niñas nos atamos el pelo, pero extraño a mi pelo... neta que sí.

Y ya me voy a ver si me encuentro a un flaquito de pelo largo que me quiera hacer compañía...

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