martes, 25 de marzo de 2003

Me levanté esperando que al paso del día tu recuerdo hiciera su acostumbrado efecto en mí. Intenté que las palabras que no sabía decir no interfirieran con las que expresaba. No quería que lo supieras, no así y no hoy. Me encontré en medio de un juego de líneas que no decían lo que yo esperaba, lo que deseaba tanto tiempo atrás. Esas líneas llenas de sentido y de calidez nunca fueron creadas. Quería decirte lo que eres para mí, lo que sigues siendo a pesar de todo. No lo niego, has ocupado mis sueños, mi sonrisa, mis pensamientos más de una vez. Te ofrezco mis abrazos para cuando los necesites de corazón. Te ofrezco mis brazos para cuando necesites quien amortigue tu dolor. Te ofrezco mis manos para llevar la calidez del tacto. Te ofrezco mi sonrisa para reflejar la luz que me regalas con tu presencia. Te regalo un espacio en mi corazón que no quiere dejarte ir y no sabe cuándo te dejó entrar. Quisiera ser tú y decidirme. Puedo darte cabida, quiero darte cabida pero no sé qué te haga falta, sólo sé que me haces falta. Amo tu sonrisa y añoro tu caricia. Extraño tu mirada y anhelo tu palabra. Tú dices que no tienen razón de ser sin darte cuenta que yo deseo serlo. Hoy me levanté esperando que tú...me buscaras. Me doy cuenta que te pienso, te necesito y al verte -aunque sea en mi mente- mi mundo cambia. El sonido se hace espeso y el peso del tiempo más ligero, la luz se desvanece y la melodía pierde todo aroma a falsedad. Deja que tu corazón torturado sea para mí y y te daré a cambio el mío. Porque puedo describir lo que nadie más describe, porque puedo describir lo que veo en ti, porque puedo describir lo que tienes miedo a describir, porque puedo describir tu mirada, porque puedo dejarte poseer mi alma. Puedo ser lo que necesitas, puedo mandar en este momento las líneas que hagan la diferencia entre lo que quiero decir y lo que puedo decir. Diferencia entre lo que puedes oir y lo que puedes escuchar. Cambiaría mi triste semblante por tu voz en mi camino, abrazaría tu recuerdo gris para llevarlo conmigo. Quiero conocerte pero tú no a mí, quiero conocerte pero tú no te das cuenta de una búsqueda a la cual yo puedo dar fin. Doy fin a ella con pensar lo que al corazón se le dificulta sentir. Me levanté esperando que al paso del día tu recuerdo ya no tuviera su acostumbrado efecto en mí.

No hay comentarios.: