miércoles, 30 de abril de 2003

I wanna be a child again!
Van trozos de mis canciones favoritas de Cri-Crí...

Hubo un Rey en un castillo con murallas de membrillo,
con sus patios de almendrita y sus torres de turrón.
Era el Rey de Chocolate con nariz de cacahuate,
y a pesar de ser tan dulce tenía amargo el corazón.
La Princesa Caramelo no quería vivir con él,
pues al Rey en vez de pelo le brotaba pura miel.

Primero verás que pasa la A
con sus dos patitas muy abiertas al marchar.
Ahí viene la E alzando los pies,
el palo de enmedio es más chico como ves.
Aquí está la I, le sigue la O
una es flaca y otra gorda porque ya comió.
Y luego hasta atrás llegó la U,
como la cuerda con que siempre saltas tú.

La reina de las abejas estaba en el panal,
y le dijeron: Regia Majestad, alguien le quiere hablar.
Cortado entró el Jicote, humilde de condición,
pero ilusionado de pedir, pedirle su corazón.
Parece, parece que no sabe,
no sabe con quien habla, igualado bigotón.
¡Soy la reina, la reina por bonita!
Y un jicote aguamielero no cuadra con mi amor.

Silencio quedó el Jicote con tanta humillación,
a la orgullosa reina del panal así le contestó:
Leí que éramos iguales asegún la Constitución,
la sociedad sin clases la creí, pero ya veo que no.

Y el Jicote Aguamielero, con bigotes de aguacero,
rezumbando regresó a su maguey;
sin rubores en la frente porque ultimadamente
a la sombra de las pencas es el Rey.

La patita, de canasta y con rebozo de bolita,
va al mercado a comprar todas las cosas del mandado.
Se va meneando al caminar, como los barcos en altamar.
La patita va corriendo y buscando en su bolsita
centavitos para darles de comer a sus patitos.
Porque ella sabe que al retornar, toditos ellos preguntarán:
¿Qué me trajiste, Mamá Cuac Cuac?
¿Qué me trajiste para cuac-cuac?

El Comal le dijo a la Olla: "Oye Olla, oye, oye!
Si te has creído que yo soy recargadera,
buscate otro que te apoye".
Y la Olla se volvió hacia el primero: "Peladote, majadero!
es que estoy en el hervor de los frijoles
y ni animas que deje para asté todo el brasero".

Di por qué dime abuelita, di ¿por qué eres viejita?
Di ¿por qué sobre las camas ya no te gusta brincar?
Di ¿por qué usas los lentes?, di ¿por qué no tienes dientes?
Di ¿por qué son tus cabellos como la espuma del mar?

Muñequita, le dijo el ratón,
ya no llores tontita, no tienes razón.
Tus amigos no son los del mundo
porque te olvidaron en este rincón.
Nosotros no somos así.
Te quiere la escoba y el recogedor.
Te quiere el plumero y el sacudidor.
Te quiere la araña y el viejo veliz.
También yo te quiero y te quiero feliz.

Los tres cochinitos ya están en la cama
muchos besitos les dió su mamá
y calientitos los tres en pijama
dentro de un rato los tres roncarán.

¡Toma el llavero abuelita y enseñame tu ropero!
Con cosas maravillosas y tan hermosas que guardas tú.
¡Toma el llavero abuelita y enseñame tu ropero!
Prometo estarme quieto y no tocar lo que saques tú.

El señor Tlacuache compra cachivaches,
y para comprarlos suele pregonar:
¡Papeles que vendan! ¡Periódicos viejos!
¡Tiliches chamuscados y trevejos cuatrapeados!
¡Cambio, vendo y compro por igual!
¡Comadres chismosas! ¡Cotorras latosas!
¡Y viejas regañonas pa' meter en mi costal!
¡Cambio, vendo y compro! ¡Compro, vendo y cambio!
¡Cambio, vendo y compro por igual!

¡Ché Araña! Baila con maña, hay que contar
tres pasitos arrastraditos pa' delante y para atrás.