miércoles, 8 de noviembre de 2006

No more Bush, please

Hace dos años estuve muy al tanto de los pormenores de las elecciones presidenciales en USA. No podía creer que pese a todas las fallas de Bush, el 51% de la gente votara por su reelección.
Hace una semana realmente me ofendió la aprobación de la ley para construir el muro fronterizo. Sabía perfectamente que todo era un desesperado intento de los republicanos por convencer al electorado que ellos eran la mejor opción, pero no dejaba de molestarme la perspectiva norteamericana sobre el fenómeno de la inmigración.
Afortunadamente ayer los votantes le dieron un fuerte revés al gobierno y me alegra muchísimo que ahora la Cámara de Representantes esté bajo el control de los demócratas. De manera contundente, el electorado estadounidense le dijo a Bush y a los republicanos que ya no quieren más la guerra en Irak y que no van a olvidar tan fácilmente los escándalos de corrupción en ambas Cámaras. Adicionalmente, por primera vez en la historia será una mujer, Nancy Pelosi, quien lidere esa Cámara, y eso es una buena noticia para los que luchan por la igualdad de géneros, las investigaciones con células madres, la vacuna contra el sida, la lucha contra la contaminación ambiental y las reformas migratorias. Definitivamente mucha gente debe estar contenta.

¿Y por qué seguir tan de cerca el resultado de las elecciones norteamericanas? Porque nos guste o no, muchas de las cosas buenas y malas del mundo tienen su origen en el país de las barras y las estrellas. Las decisiones que toma su presidente tarde que temprano afectan al resto del mundo. Es por eso que hoy infinidad de políticos, analistas y ciudadanos comunes sonríen [sonreímos] ante la esperanza de que esta derrota obligue al señor Bush a mostrar un enfoque más conciliador hacia las crisis globales y le enseñe una lección de humildad. Ojalá que sus dos últimos años de mandato sean mucho más llevaderos que los seis que ya lleva en el poder. Yo por lo pronto sonrío..

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