martes, 23 de noviembre de 2004

Oración


A Tí me vuelvo, Gran Señor, que alzaste
a costa de tu sangre y de tu vida,
la mísera de Adán primer caída,
y donde él nos perdió, Tú nos cobraste.

A Tí, Pastor bendito, que buscaste
de las cien ovejuelas la perdida
y hallándola del lobo perseguida,
sobre tus hombros santos te la echaste.

A Tí me vuelvo en mi aflicción amarga
y a Tí toca, Señor, el darme ayuda,
Que soy cordero de tu aprisco ausente

Y temo que a carrera corta o larga,
Cuando a mi daño tu favor no acuda,
Me ha de alcanzar esta infernal serpiente.

Miguel de Cervantes Saavedra


Recuerdo mucho una Biblia que tenía mi papá cuando yo era niña. Había dibujado una preciosa silueta de Jesucristo en las hojas que dividían el Antiguo del Nuevo Testamento. También transcribió esta oración, y me impactó tanto su belleza que la aprendí de memoria.
Ahora sé que es un soneto de Miguel de Cervantes, y que le hacían falta los ultimos cuatro versos a la versión que tenía mi padre. Pero la oración me sigue impactando, y hoy que es mi cumpleaños quiero hacerla mía.

A Tí toca, Señor, el darme ayuda.

No hay comentarios.: