domingo, 21 de noviembre de 2004

Me muero de ganas porque se estrene la película de Bob Esponja, o que al menos la saquen pirata antes de ir a mi casa para regalársela a la Pify en Navidad. Me duelen la espalda y el cuello, necesito un muy buen masajito de cumpleaños. Montones y montones de trabajo. Es fin de semestre, por lo que los dedicados y muy organizados estudiantes nos dedicamos a sacar en tres días los proyectos que nos dejaron hace más dos meses. Ya tengo tres amigos en mis clases, más vale tarde que nunca, ya puedo llegar con alguien y al menos contarle que me duelen la espalda y el cuello, y que necesito un rico masajito. ¿Qué le pasa al mundo que todos se están casando? En menos de una semana recibí la noticia de que tres amigos míos se casaron o están por casarse. Y el próximo año tengo dos invitaciones de boda. Tan bonita que es la vida de soltero/a, uno hace lo que se le da la gana y no anda sufriendo porque le jalan la cobija en la noche. A mi jefe se le ocurrió que yo era la persona más indicada para decidir si nos involucramos en un nuevo negocio de importación/exportación. Una cosa es que me salgan medio decentes los análisis de costos de los concursos, y otra muy diferente que yo sea una experta en finanzas. Que Dios me ampare. Los papás de la sweet roomie me están cayendo gordos. Aparte de tomar todas las decisiones de su hija están queriendo tomar las mías y las de la rock star roomie. Y yo, que soy de muy pocas pulgas, apenas puedo aguantarme las ganas de decirles que si a mis padres no les tolero tanta intromisión, mucho menos a ellos que ni son de mi familia. Falta un mes para Navidad, pero en el depa ya tenemos pinito, esferas, osos de nieve y juegos de luces. Tomen rumbo al Tec y vayan a los depas de estudiantes, el único con pinito y luces es el mío y de las roomies. Y luego llamen a la puerta y digan que vienen a darme un masajito de cumpleaños...

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