lunes, 1 de noviembre de 2004

Hace una semana se nos fue la sexy festive roomie. De herencia nos dejó un perro, mucha ropa sucia, un segundo novio bateado en menos de un mes y una hermana en franca crisis de nostalgia. Se llevó las fotos, los pocos cuadros que adornaban las paredes del depa y un libro de Gabo que le presté (damn itttt!). Que cosas con la roomie... esperarse 23 años para tener novio y durar apenas tres días con ellos. Tres días es lo que me dura a mí la emoción con un nuevo crush. Basta sostener con ellos la conversación de los 60,000 millones. El: ¿Estudias o trabajas? Yo: Both of them. El: ¿Y cómo le haces? Yo: Blablabla... El: ¡¡¡A ese paso NUNCA vas a acabar la carreraaa!!! Santo remedio. Eso pasó con el amigo de la rock star roomie. Niño cute, estupendo sentido del humor, buenos modales, excelente química... cero sentido común. Y claro, era un bebé. Será mi crisis de regresión a la adolescencia pero francamente los bebés están a la alza. Lo que también está a la alza son los gastos fijos en el depa. Con una roomie menos la repartición de gastos sufrió modificaciones. Ojalá a mi sueldo le pasara lo mismo, pero ya me veo en otro apretado cierre mensual de operaciones. Simplemente es un mal momento para problemas financieros: el semestre en la escuela está por concluir, se acerca mi cumpleaños, quiero visitar a mi mejor amiga y ésta semana comienza el Festival del Barrio Antiguo. Siempre que se acerca el cumpleaños entro en crisis. Crisis nuevas, quiero decir. En realidad todo el año estoy en crisis, por eso muchos amigos ya ni se inmutan cuando me notan en estado de desesperación. El que me desespera es un metalero bueno y decente que cree que se puede aparecer por aquí cada que se le dé su regalada gana. Aunque lo que más me desespera es que me siga desesperando. La que también se desespera es mi madre, que a la pregunta de qué quiero que me regalen en Navidad contesté que libros, por supuesto. Denise Dresser o García Márquez. Y si me quieres mucho mami, puedes regalarme los dos. Y si alguno de uds me quiere ya no digo mucho, aunque sea un poquito, podría hacer lo mismo. O invitarme al concierto de Diego Torres, o ayudarme a completar la renta de este mes que es lo que me ha hecho escribir así.

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