jueves, 11 de diciembre de 2003

No me gustan los gringos, no me gustan los güeros rosados, no me gusta la piel ultrablanca, nooo. Prefiero a Lenny Kravitz que a David Beckham, y no sólo porque me encantan los patancitos rebeldes, sino porque adoro las pieles morenas. Claro, Brad Pitt es la excepción, pero Brad es EL pancito en rebanadas por excelencia.
Bueno, hoy en la mañana los colombianos trajeron a la Fundación a un gringo hermoso, bueno, amable, educado y que habla un perfecto español. Se llama Adam y me recordó a su tocayo el príncipe Adam, de He-Man y Los Amos del Universo (está igualito!). Adam mide 1.80m, es más bien flaco wow!, le gustan el heavy metal y el jazz, y ¡maldición! tiene el pelo más legalmente rubio que Reese Whiterspoon. Por si fuera poco, me dice que si lo espero a que vuelva de McAllen (se va hoy en la noche, llega domingo en la mañana) me acompaña en el viaje a casa de mis padres, al fin que vamos CASI para el mismo lugar (ajá, él va para Oaxaca, yo voy para Tula, nada que ver, 500km de diferencia).
Yo le digo que no, que ya tengo los boletos para el sábado (mentira!) y me repito para mí misma que no me gustan los gringos, que no me gustan los güeros rosados y que no me gusta la piel ultrablanca...

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