domingo, 7 de diciembre de 2003

Cuando empiezo a escribir post perrunos es porque están a punto de llegar las vacaciones o porque recién terminaron las mismas. Sucede que amo demasiado (siii, A.M.O) a mi hija perro Laishita Bebé alias Lancha alias Lanchita, alias Leish, a mi sobrino perro gruñón Peluso alias Peluche, alias Cachorro-Flex, alias Capullo, alias Peluche-V y a la loca de mi sobrina perro Joy alias Joyfull, alias Joyfull-Sin, alias Joya.
La Joy tiene un nombre muy jolgorioso, muy celebrativo, muy entusiasta, muy para irse de party por ahí. Qué bueno que se llamó Joy y no Oruga, como le quería endilgar su padre humano (o sea mi hermano, el Enano). Eso que un animal se llame como otro animal, habráse visto... Por cierto, si alguien tiene un CASI-COCKER que esté en edad de merecer, ya sabe. El buen padre de Joy decidó que su hija sólo SABRÁ LO QUE ES LA VIDA una vez y después de eso, la esterilización. Que duro es ser perr@.
A lo que íbamos, la Joy estará en MOOD receptorio en un par de semanas, así que no hay tiempo que perder. Entre los arreglos de la dote, los preparativos de la boda (siii, la Joy es un perro decente!) y ah, se me olvidaba, la presentación de los novios, podemos perder DÍAS muy valiosos. Que si lo sabré yo, que a mi hija perro Laishita Bebé se le ha ido el tren dos veces...

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