lunes, 29 de septiembre de 2003

Soy amante de los animales... todo mundo sabe que adoro a mis perros. Detesto a la gente que tiene animalitos y los maltrata, que no los alimenta, que los abandona. También me llevo bastante bien con el resto de los animales, no me gusta aplastar bichos ni hacerle travesuras a los patos del Tec. Pero justo hoy descubrí que algunos insectos pueden ser malos, verdaderamente malos...

Malditas hormigas del demonio!

Están impermeabilizando la Fundación donde trabajo y ese proceso ha obligado a todos los bichos rastreros que vivían en el techo a cambir de "hábitat". Sólo que a una maldita hormiga se le ocurrió irse a vivir a MI cabecita, sí, a MI cabecita!. Había varias hormigas en el escritorio, ya dije que no me gusta matar insectos, simplemente las tiré al piso y me puse a trabajar. Al rato sentí una hormiga subiendo por mi pierna, la busqué y la tiré al piso. Luego sentí otra en el brazo, esa sí me picó y me dejó roncha en el hombro. Pero hubo una malvada y demoniaca hormiga que trepó hasta mi cabecita y... me picó junto a la oreja! Ahora tengo una pequeña roncha color HORMIGA que me está volviendo loca! Con lo delicada que es mi piel, si me rasco se me va a hacer la roncha del siglo, capaz que mañana amanezco con una mega roncha roja inflada y con agüita, wuac! Maldita hormiga, si anda todavía entre mi pelo, juro que la mataré. Y juro que por su culpa mataré a la mayor cantidad de hermanitas suyas posibles...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde el inicio debiste haberlas aplastado :D