lunes, 3 de mayo de 2004

En realidad no sé si lo quiero. Ni siquiera hablemos de amor: si pensar que ya lo quiero me aterra, cuánto más pensar que estoy en camino de amarlo. Además de que me agobia esto que siento, tengo que encontrarle el nombre correcto para poder definirlo. Lo único que sé es que estoy luchando con mi propio concepto de amor. ¿Puede el amor surgir sin que haya razones para hacerlo? ¿Cómo puedo querer a alguien que no ha dado la menor muestra de sentir, si no lo mismo, por lo menos algo parecido? ¿Puede ser amor este sentimiento que no tiene esperanza?
Decididamente, hay algo en él que me atrae pero, ¿qué es? Quizá lo único cierto sea, como dice Shakira, que se me acaba el argumento y la metodología, cada vez que se aparece frente a mí su anatomía...

No hay comentarios.: