viernes, 8 de abril de 2005

Ayer fue un mal día. Entre la declaración del director general de PEMEX, de que aún los yacimientos petroleros que no podemos explotar están hipotecados para pagar los cuantiosos pasivos de la paraestatal, y el contundente desafuero de López Obrador, todo me daba vueltas en la cabeza y me sentí mal. No era un malestar físico... o bueno sí, cuando te duele mucho el corazón de a mentiras, como dice un amigo cuando se refiere al corazón que asociamos a los sentimientos, hasta el corazón de verdad comienza a fallar. ¿Qué diablos pasa en este país? ¿Qué diablos nos pasa a los mexicanos?

Fox no cesa de decir que nuestro país es un ejemplo de la legalidad. ¡Mis calcetines son legales, por favor! Comenzemos con lo de AMLO. Está de más decir que el señor ha manejado muy fantasiosamente todo este asunto de su desafuero: que si Fox y Marthita hicieron un compló, que si Salinas también metió su cuchara, que si las arañas y las manzanas. El señor es un paranoico, nomás falta que diga que el Papa se murió en estas fechas para quitarle la atención a su proceso de desafuero -Quique's dixit-.
No, no creo que estén acabando con un proyecto de nación, porque AMLO apenas tiene idea de lo que significa gobernar, es más, apenas y sabe hablar el español (sorry a mis amigos tabajqueños)... y de ahí a que tenga toda una plataforma política y un ideario social y económico por el cual luchar, hay muuucho trecho. Aunque algunos tienden a compararlo con la nueva ola izquierdista que está tomando los gobiernos de Latinoamérica, la chaqueta le queda muy grande: Lula da Silva en Brasil, por ejemplo, tenía todo un plan ideológico producto de su propia experiencia personal, y enriquecido con los idearios de muchísimos pensadores, economistas, empresarios, teólogos, sociólogos y demás, y aún así su tarea de gobierno ha pasado por infinidad de altibajos. Pero el pensamiento del señor AMLO se reduce a que todo mundo complotea en su contra, al puro estilo Big Brother. Así que no creo que México se pierda de mucho si AMLO no llega a participar en las elecciones del 2006... aunque claro que lo prefiero de presidente mil veces a él que al mentiroso de Madrazo o ¡Dios nos agarre confesados! a la mustia de Marta Sahagún.

¿Entonces por qué mi descontento? Porque este proceso lo único que refleja es la estúpida guerra de poderes entre los partidos políticos. Lo único que hacen es decir que NO a todas las propuestas que no provengan de su bancada, da igual que sean buenas y provechosas para el país: el chiste es darle en la madre al rival político a costa del desarrollo social y económico de este país que ni la debe ni la teme. Y luego dicen que para nada es revanchismo, que lo único que quieren es respetar el estado de derecho...

Si AMLO cometió un crimen debe pagarlo. De hecho, en un verdadero estado de derecho, CUALQUIERA que cometa un desacato a la ley debe pagar las consecuencias. Pero no me vengan con que es más importante castigar a un vato que lo único que hizo fue hacer caso omiso a la recomendación de un juez, que castigar a los responsables del PEMEXgate o que la acusación de narcotráfico sobre el gobernador de Morelos... Y si nos vamos más lejos, nadie dice nada sobre las innumerables acusaciones de tráfico de influencias del Jefe Diego, ya nadie se acuerda del FOBAPROA, de la matanza de Acteal, del asesinato de Colosio, de los desaparecidos políticos del 68, de las muertas de Juárez, de tantos y tantos crímenes que han quedado (y al parecer quedarán) impunes. Y otra vez recalco: si alguien comete un crimen debe pagarlo, así sea el presidente de la República, la tía Chonita o mis calcetines. Pero todo este show mediático, al más puro estilo de Laura en América -¡que pase el amaaaaaanteeeee!- sólo provoca inestabilidad en las ya de por sí maltratadas finanzas del país y sobre todo, la desconfianza del pueblo en sus gobernantes.

Luego está lo de PEMEX... ¡pobrecita empresa! Nos la hemos acabado a fuerzas de sacarle más lana de la que le metemos, a fuerza de chuparle la sangre como sanguijuelas. Por décadas ha sido la salvación del país: cuando hay una crisis económica las reservas de petróleo siempre salen al quite. Poca gente sabe la situación real en la que trabajan los obreros en las refinerías, la cantidad de mexicanadas -el parchecito por aquí, el amarre por allá- que hacen en las plantas para que siga medio funcionando la gallina de los huevos de oro de nuestro país.
Tenemos más de 25 años de retraso en tecnología, los obreros tienen que arreglar con desarmadores y clavitos lo que en otros países solucionan con controladores digitales. Y no contentos con eso, hipotecamos lo poco que nos queda y aún lo que no tenemos. Es como si yo fuera a pedir un préstamos al banco a cuenta de la casa que algún día voy a tener. Pero eso sí, en el Congreso se jactan de que el petróleo es de los mexicanos y muchos se desgarran las vestiduras diciendo que sobre su cadáver permitirán la entrada de otros competidores al mercado del petróleo. Pura demagogia, puro circo. Necesitamos urgentemente la reforma energética y dejarnos de patriotismos estúpidos. El petróleo ya no es de nosotros, ya lo hipotecamos, le pertenece a nuestros acreedores.

Todo esto me pone muy mal. Siempre había defendido la idea de quedarme a trabajar en mi país a pesar de lo negro del panorama. Pero el ver una y otra vez que las cosas nomás no caminan, que no hay oportunidades, que por más que el pueblo se esfuerce la mafia política lo hecha todo a perder, comienzo a explorar la posibilidad de irme al extranjero. Me duele mucho, aún no lo hago y ya me siento traidora. Lo más fácil es huir y dejar atrás a aquellos que no pueden irse, 'ay que se arreglen ellos como puedan. Pero es que tengo muchos sueños y también muchas deudas, vale la pena confesar, y no veo cuando pueda deshacerme de las deudas y cumplir los sueños... al paso que vamos tendré que cumplir apenas con las deudas y deshacerme de los sueños... y eso es algo que mi centro líquido y azul no soportaría!

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