Hace algunos días que no escribo... básicamente porque me quedé sin palabras.
El fin de semana me desprendí de todos mis traumas existenciales, de mis falsas seguridades, de mis más terribles miedos, de mis más profundas tristezas y de mis mejores alegrías; todo ese pesado equipaje lo dejé a los pies de mi Padre Celestial... y claro! una se queda sin palabras al sentir el maravilloso amor de Dios. Neta que no encontraba palabras para expresar cómo me sentía, estaba totalmente renovada!

Sin embargo, el lunes fui sacada abruptamente de ese etéreo estado por una mala noticia. Ok, en realidad no es precisamente una MALA noticia, podriamos decir que simplemente es una TRISTE noticia. A través de un cáncer, una chica a la que yo apreciaba y admiraba mucho, fue llevada a la presencia de su Señor y Salvador Jesucristo... sólo tenía 20 años! No cabe duda que somos seres frágiles y finitos... gastamos la vida intentando tener el control de las cosas cuando éstas son controladas sólo por Dios. Edith vivió para Dios, ahora que murió también lo hizo para Él. Aquellos que la conocimos fuimos bendecidos por su vida y puede que se oiga muy egoísta, pero también fuimos bendecidos con su muerte. Por eso no es una mala noticia, porque ella ahora está mucho mejor y porque más temprano que tarde podré verla de nuevo! Es triste porque no sé -y nadie sabe- cuánto durará ese "más temprano que tarde", pero de que llega, llega; no depende de mí sino de Dios, y Dios no miente. Esto que pasó me recuerda que no tengo la vida segura y que el tiempo se acaba... así que más vale usarla para soñar y cumplir los sueños!

Como comprenderán, mis emociones estaban revueltas: por un lado mi propio reposo; por el otro la fugacidad de la vida. Ahora que han pasado algunos días puedo escribir mejor las cosas, sin tanta carga emocional... Dios me cuidó en mi proceso de 'bajar la guardia'; me cuidó al enterarme de tan triste noticia; me está cuidado al emprender mis NUEVOS primeros pasos. ¿Y luego dicen que no existe?