domingo, 13 de febrero de 2005

Mañana es el gran día... y no, no me refiero al Valentine's Day, fecha más comercial que ésa no existe... Bien lo dijo el que lo dijo, y lo dijo muy bien: "Amistad sin hueso es pura demagogia", y como dijo también mi amigo Enrique "El IFI" Guevara: "No hablen, apuesten", frases que en el contexto que nos ocupa significan algo así como "no envíen tarjetas ni saludos por email: mejor invítenme a cenar que tengo dos semanas sin empleo". He dicho.

Pero ése no era el tema. Lo que quería mencionar es que mañana será el apoteósico día cuando el Big Notorious TEC de Monterrey dará a conocer la Misión 2015, que será el enunciado que regirá sus actividades por los próximos diez años.
Tan emocionados están y tanto quieren que vayamos a hacer bola, como buenos borregos que somos, que suspenderán clases por tres horas para que el alumnado escuche cuál es la parte que le corresponde en el logro de la nueva Misión. Por lo pronto, los pasillos ya están llenos de flyers azulitos y blancos con algunos avances acerca de la misma. Al parecer han incluido un fuerte énfasis en el desarrollo sustentable: auguro el mismo fracaso en ella al que tuvieron al formar "personas" y no "simples máquinas", perdón, "profesionistas" -just kidding-.

Lo que no me termina de cuadrar es que quieran imponer la "visión humanística"; de alguna manera están reconociendo el fracaso en formar PERSONAS, pero me gustaría más que hubieran puesto "visión humana" u otra palabra que englobe mejor el concepto que quiero explicar. En la visión humanística el hombre es el centro del universo, no hay cosa más importante que él y todo gira en función de su bienestar. El problema viene cuando de verdad nos la creemos y comenzamos a a afectar el entorno de los demás: total, nada es más importante que uno mismo.
Teniendo una visión humana -ayúdenme a buscar la palabra adecuada!- el hombre es consciente que el grueso de sus acciones deben enfocarse al mejoramiento del nivel de vida de sus congéneres, pero no olvida que no es el único ser viviente sobre el planeta, y que hay otros seres humanos en mejores y peores condiciones que él. Respeta la vida, respeta el ambiente, y por ende, se respeta a sí mismo. Cuestión de semántica, tal vez...

Mientras tanto, estoy re-leyendo por quinta ocasión "La Virgen de los Sicarios", de Fernando Vallejo. Ésa novela me provoca la risa y la indignación casi al mismo tiempo, y en casi la misma proporción. Hace quince días vi la película basada en el libro. Como el 99.99% de las adaptaciones libro-pantalla grande, fue un mugrero total. ¿A quién se le ocurre convertir en diálogos los salvajes pensamientos de Fernando, el protagonista? Y no hablemos de las actuaciones, bastante malitas, ni de las muchas imprecisiones en la narración. Por eso la estoy leyendo de nuevo, para quitarme de la mente las chocantes imágenes y recordar a Medellín alias Medallo de la forma en que la plasmaVallejo. Ohhh, ése hombre es todo un personaje y me cae bastante mal, pero debo confesar que escribe muy bien y me hace reír. Y reír en estos tiempos de desempleo ya es mucha cosa.

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