viernes, 17 de octubre de 2008

Ocio

Señoras y señores, ahora tengo demasiado libre cortesía de un gordito del mal. No pienso postear las razones porque en realidad no las sé de cierto, pero además porque al hacerlo implicaría pensar más de dos minutos en ese señor malvado y realmente no se lo merece. Como diría mi muy sabio abuelo: allá él y su mala cabeza. Es todo lo que diré al respecto.

Claro que el tiempo libre no es tan malo. Bueno, apenas llevo una semana; si me preguntan en un mes quizá les diga lo contrario. Además he descubierto un par de cosas interesantes en este tiempo de ocio. La primera, que hay pocas cosas que reconfortan tanto el alma como el amor y el cuidado de los amigos. Ellos me han ofrecido al menos dos casas en las cuales vivir -sin costo alguno- si mis reservas monetarias disminuyen a niveles de peligro. También me han dado vales de gasolina -un verdadero regalo!- y en una semana me han invitado a comer/cenar tres veces. Soy afortunada, lo sé, y no tengo cómo pagarlo. Los quiero pequeñuelos.

Segunda cosa que he descubierto: Lukas Perro es feliz de tenerme en casa y yo soy feliz de tener algunas horas adicionales para él que no impliquen únicamente pasear de manera breve por el parque. He retomado su educación perruna y ahora, además de sentarse y dar la pata, también sabe rodarse y comienza a hacerse el muerto. En tiempos de crisis vale más la creatividad que la habilidad; quizá le podamos sacar provecho a este hijo perruno. Pff..

Y finalmente, una tercera: no, creo que no hay tercera. Si la recuerdo updatearé el post. Esos son los peligros del ocio, uno empieza a olvidar. Ah no, eso por es la edad. Bueno, también. Joo.

No hay comentarios.: