jueves, 30 de octubre de 2008

Cero y van tres

Así mero es, ya son tres semanas de ocio. Tres semanas que se han ido muy rápido, pero al mismo tiempo muy lento. Me recuerda a la escuela, donde a medio semestre rogaba por unos cuantos días de vacaciones pero sólo un par de semanas después de salir de clases ansiaba regresar al estrés. Así estoy ahora: por un lado adoro no sufrir el estrés de trabajar con un gordito malvado, pero por el otro extraño pensar, enfrentarme a retos, cumplir objetivos. Además está el asunto de la crisis financiera mundial: yo de plano no sé qué pensar y todo lo que leo/escucho me saca de onda. Y a pesar de que no estoy del todo desocupada -estoy en clases intensivas de inglés y además la educación de un cachorro perruno es una tarea demandante.. jojojo- en ocasiones siento que pierdo la paciencia.
Aunque es padre tener un poco de tiempo para holgazanear, o mejor dicho, para reposar. El ritmo de vida actual puede ser muy agobiante, por lo que es bueno tener un poco de tiempo para ordenar las ideas. Sobre todo en personas como yo, que según mi amigo el Mimo, carecemos de sentido de orientación.
Sin embargo, el saldo de este tiempo de ocio es positivo: quizá todo se deba a últimamente me la paso cantando "salga el Sol por donde quiera, Dios me ama.. tengo Vida, tengo Dueño y soy querida". Y lo canto porque es cierto. Y entre más lo canto, más lo creo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Como esta es la manera más fácil de comunicarme, espero que hayas leído el mensaje de la columna derecha. Si aún no, entonces lo transcribo para sentirme más seguro:

"Siempre busqué, desde adolescente, una mujer con la cual platicar de literatura, que exige toda la pasión posible; pero, circunstancias del destino, como Cabrera Infante, sólo he buscado en vano la perfección en lo esencialmente imperfecto. Y, ahora que, sé por casualidad (buscando una imagen de Neruda) te encuentro, estás terriblemente lejos. Qué va. Podremos platicar, espero. Quiero ser tu amigo. Tal vez tú quieras también.