sábado, 1 de marzo de 2008

Mudanzas

Ayer caí en cuenta que me he mudado ocho veces en casi diez años de vivir sola. En las mudanzas usualmente se está contento. No es así para mí: el día de hoy dejo esta casa en la que por fin tuve roomies nobles y en la que Lukas Perro tuvo su primer amigo gato. Me voy de esta casa de vecinos sui-generis: por un lado la vecina buena que cuidaba de Lukas cada vez que yo salía de viaje; por el otro los vecinos de dudosa sexualidad y estruendosa fiesta semanal. Me voy de esta casa llena de limones y de recuerdos de.. sí, de él. Puras fallas. Lo peor de la mudanza es saber que el siguiente lugar al que voy es provisional. Bueno, en realidad no lo sé de cierto: Dios acostumbra escribir derecho en mis renglones torcidos.. y últimamente mi vida está llena de ellos.

XOXO ex-roomie.

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