Sabrá Dios por qué últimamente me ha dado una hermosa hueva a la hora de escribir. De escribir whatever, no sólo en el bloj sino también los emails, los reportes en el trabajo... y ni siquiera hablemos si el verbo escribir tiene implícita la característica a mano, porque entonces ahí sí ya malió...
Si a eso le añadimos una cantidad impresionante de trabajo en la oficina, un clima regiomontano que está de lo más estable (o sea, que siempre está de la fregada), que esta quincena el dinero en mi cartera ha tendido a cero y que el bebé ha sorbido las pocas neuronas que tengo, pues entonces no hay nada nada nada interesante que contar... salvo que:
Sí, tantas palabras sólo para decir que estoy feliz de que mi amiga favorita haya vuelto de las inhóspitas tierras canadienses al hermoso suelo mexicano, de que haya dejado el primer mundo pa'volver a esta tierra de nopal, que haya dejado el sushi y las hamburguesas por unos buenos tacos de la esquina, y que haya preferido a los morenazos de fuego antes que a los güeros rosas de ojo azul... jijijiji.