miércoles, 1 de diciembre de 2004

La sexy festive roomie está de regreso... por quince días. Se nota su presencia, inunda el depa con su alegría y su despreocupación. No puedo creer que sean tan altas las notas escolares que he recibido estos días: aunque puse todo mi empeño a lo largo del semestre, jamás pensé que me fuera tan bien. Esta maldita necedad de no creer en mí misma. El próximo año se vislumbra incierto, nebuloso, retador. Mejor para mí, que estoy acostumbrada a navegar en aguas revueltas. A pesar que aún conservo mi sangre azul, en esta liguilla de fútbol me he vuelto la más fiel fanática de los Pumas. Es un asunto ganar-ganar: ellos obtienen un campeonato, yo me llevo la quiniela que armamos en la oficina. Si llaman a mi trabajo me escucharán en el mensaje de bienvenida. Según la mini encuesta hecha entre los clientes y los proveedores, mi voz resultaba agradable y relajante. Y varios mencionaron que incluso resultaba sexy. Bendita noticia para alguien a quien nunca le ha gustado su voz.

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